Bolivia es uno de esos destinos que sorprenden. Un país que goza de una gran diversidad étnica, climática, paisajística y cultural. Siempre fue una compleja confluencia de culturas y de poderes: Hogar de los moxeños, los tiahuanacotas, los guaraníes, los aimaras, los urus, los chiquitanos o los incas. A nivel de fauna: hogar cóndor, el tucán, el ocelote, la llama, el ñandú, el guacamayo la vizcacha o el tatú.
Quien visite Bolivia podrá disfrutar de entornos tan dispares como el famoso Lago Titicaca, la Laguna Glaciar de La Paz, las mesetas de bosque bajo del altiplano o la exuberancia húmeda del Amazonas. Y también, de ciudades tan populosas o pintorescas como Potosí o Sucre. Gran parte de ellos, lugares que rezuman autenticidad, pues son aún fiel reflejo de los modos de vida locales. Los cuales no se han visto afectados por la congestión turística y permanecen impertérritos desde hace siglos.
El viaje a Bolivia merece la pena (y mucho) porque, en cierto sentido, conocer el país es conocer América Latina. Ya que este contiene muestras significativas de gran parte de sus riquezas naturales y culturales.
¿Te apetece conocer mejor Bolivia? A lo largo del artículo, desde Heymondo te ofrecemos algunas claves que harán de tu viaje un total disfrute, no sólo a nivel de ocio sino también en cuanto a seguridad. ¿Te atreves? ¡Vamos allá!
¿Qué es lo más bonito de Bolivia?
¿Te apetece acompañarnos en este recorrido por los principales puntos de interés del país? Hemos preparado un listado tan diverso como la propia Bolivia. Algunos destinos son muy distintos entre sí, pero todos son bonitos a su manera.
1. La Paz
Nuestra Señora de La Paz está considerada la principal ciudad del país. Así como la metrópolis a mayor altura del mundo, con una media de 3.625 metros sobre el nivel del mar. Asciende hasta El Alto o hasta el Killi Killi y contempla la impresionante estampa que deja esta ciudad entre montañas del altiplano, con el Illimani al fondo. Recorre el singular Mercado de las Brujas, regentado por los yatiris, que tienen a la venta artículos de lo más exótico. Disfruta de las pintorescas calles del casco histórico, auténticos museos al aire libre en los que el arte callejero se mezcla con las raíces coloniales. Y no olvides la imponente Basílica de San Francisco, con su barroco mestizo. Cerca de la ciudad se encuentra el Valle de la Luna, singular desierto de estalagmitas.
2. Sucre
La Ilustre y Heroica Ciudad de Sucre es la capital de Bolivia. Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1991 y es una auténtica delicia. Los elementos arquitectónicos españoles se fundieron con las tradiciones locales desde un primer momento, alumbrando una estética única. Propia de las ciudades coloniales. De ella podríamos destacar la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, el Pasaje de Santa Teresa, la Casa de la Libertad, San Felipe Neri o el Castillo de la Glorieta. También La Recoleta (monasterio y mirador), el Museo de Arte Indígena o el Parque Cretácico. Si tienes oportunidad, deberías asistir a un baile de Thanta Morenos, que tienen lugar durante las festividades locales.
3. Potosí
Potosí se convirtió en leyenda y en parte del imaginario colectivo gracias a la inmensa riqueza de sus minas de plata, las mayores del mundo durante el siglo XVII. Actualmente, su mayor riqueza es su legado cultural y artístico. El cual, como en todo país de raigambre católica, se expresa con rotundidad en sus templos: San Francisco, Nuestra Señora de la Paz y San Lorenzo de Carangas. Dentro del Departamento se encuentra la Laguna Colorada: una lámina de agua de 54 km² teñida de rojo, lugar de cría de flamencos y otras muchas especies de aves. Por supuesto, también se pueden visitar las viejas minas y aprender sobre los procesos de extracción y la vida en el lugar. Como en Cerro Rico (o Cerro Hermoso).
4. Salar de Uyuni
Visitar el Salar de Uyuni es otro de esos imprescindibles en cualquier viaje a Bolivia. Tal vez hayas visto otras salinas antes, pero te aseguramos que ninguna como esta. Uyuni es el mayor desierto de sal que existe, así como el que se encuentra a una mayor altitud. Nada menos que 10.582 km², reserva de litio, magnesio, potasio y boro. Y más de diez mil millones de toneladas de sal. A la espectacularidad del paisaje se debe sumar la presencia de una rica fauna en la zona: guayatas, zorros, vizcachas, flamencos o vicuñas. O la presencia del Palacio de Sal, un hotel erigido totalmente en este material, en el que puedes hospedarte. Otra forma de llegar hasta aquí, es desde San Pedro de Atacama.
5. Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa
Un espacio para la naturaleza andina, que regala paisajes inolvidables. Acoge las diversas especies de flamenco de la zona, así como a pumas, ñandúes, cóndores andinos o vicuñas. Entre la flora, que se ha adaptado a la considerable salinidad del lugar, podemos destacar la yareta, la keñua o la paja brava. Existe una zona de intensa actividad volcánica conocida como “Sol de Mañana”, en la que fumarolas y géiseres se elevan sobre las costras multicolor de los suelos. Dentro de la reserva se encuentran también el Volcán Licanbur (5.868 metros) y la Laguna Verde (color que nace de la abundancia de magnesio).
6. Parque Nacional del Gran Chaco Kaa Iya
Se trata de una inmensa área protegida, cuya extensión supera los 34.400 km². y que contiene el mayor bosque tropical que existe. La altitud es aquí mucho menos extrema que en algunos de los puntos que ya hemos visitado, siendo el lugar más alto Cerro San Miguel (a 839 metros). Entre las más de 1.500 especies de plantas, se encuentran el tamarugo, el santiagüeño, el palo borracho o la carandilla. Entre las más de 350 especies animales, el pecarí, el armadillo, el aguará guazú, el jaguar, el guanaco, el muitú o el tití plateado. Esta zona ha sido habitada tradicionalmente por los pueblos Ayoreodes, Chiquitanos y Guaraní-Isoseños. Gran parte del terreno es húmedo y trabado.
7. Santa Cruz de la Sierra
Esta ciudad presenta un paisaje y unas sensaciones bien distintas a las de Sucre o La Paz. Ya que se encuentra en altitudes medias y junto a extensas arboladas y grandes cauces de agua. Se trata del área más densamente poblada de Bolivia. Gúembé Biocentro es una visita muy recomendable: un área que combina un entorno selvático con las piscinas naturales, actividades y servicios hosteleros. También el Parque regional Lomas de Arena, donde puedes pasear entre dunas, darte un baño en las lagunas o visitar un viejo cementerio chané. Respecto a su arquitectura, las edificaciones de carácter más tradicional (como San Lorenzo Mártir) se funden con algunos edificios modernistas (como los del Barrio Equipetrol Norte o la Universidad Franz Tamayo).
8. Lago Titicaca
Un inmenso lago navegable, sacudido por ocasionales y fuertes tormentas, a más de 3.800 metros sobre el nivel del mar, entre Bolivia y Perú. Sobre sus aguas se alzan numerosas islas, tanto naturales como artificiales (creadas por los pobladores originarios). Especialmente célebre es la Isla de la Luna, que en época Inca contenía un templo que solo el soberano podía visitar (hoy poblada por quechuas y aimaras). Y las diversas islas flotantes de los Urus, a las que se llega en embarcaciones de totora.
En las costas del Titicaca se encuentra la ciudad de Copacabana. Un pequeño enclave turístico, del cual se suelen destacar sus vistosas fiestas patronales. Así como, también, la blanca Basílica de Nuestra Señora de Copacabana.
9. Tiahuanaco
Todo amante de la historia y del arte debería visitar alguna vez este enclave arqueológico, vieja capital de la cultura tiahuanacota. Y donde aún hoy se celebra el Año nuevo andino amazónico y del chaco.
El Templo de las Piedras Paradas es un vestigio de primer nivel acerca de la importancia de la observación astronómica para las culturas precolombinas. Pues fue construido para lograr una perfecta concordancia respecto a determinados fenómenos celestes. En su interior aún se yergue el Monolito Fraile, representación tallada en arenisca de algún ser de naturaleza mística o simbólica. Los megalitos Puerta del Sol y Luz del Amanecer presentan grabados muy valiosos. Destacar, asimismo, la Pirámide de Akapana y Puma Punku.
10. Cochabamba
El Cristo de La Concordia obseerva desde sus 34,20 metros de altura, a la que anteriormente fue conocida como Villa Real de Oropesa. Actualmente, se trata de una gran ciudad, que supera los 800.000 habitantes. Hasta la escultura monumental se puede ascender tomando el teleférico que la conecta con el Parque de la Autonomía. Un trayecto que merece mucho la pena y es carne de mochileros.
Ya a ras de suelo, conviene visitar la Plaza y la Catedral Metropolitana. También los Museos de Santa Teresa y Arqueológico de la Universidad. O el Palacio Portales, concebido por Eugene Bliault. Cerca de la ciudad se encuentra Incallajta, una fortaleza militar y lugar de ceremonias del Imperio Inca, que aún conserva uno de sus muros perimetrales de piedra.
11. Parque Nacional Madidi
Un espacio natural protegido que engloba ecosistemas subandinos y amazónicos, gozando de uno de los mayores porcentajes de biodiversidad del planeta. Como fórmula para el disfrute sostenible del entorno, ha empezado a cobrar auge el ecoturismo. Siendo los propios indígenas, en muchos casos, quienes regentan los albergues para turistas. Si lo deseas, puedes alojarte en una cabaña tradicional, degustar comidas típicas y realizar actividades con lugareños. Entre las mencionadas actividades se encuentran el avistamiento de aves, la observación de especies nocturnas, el aprendizaje de labores tradicionales o los paseos en canoa. Aquí también podrás conocer las comunidades indígenas de los Chamas, los Maropas, los Chimanes, los Quechuas, los Aymaras y los Tacanas.
12. Parque Nacional Amboró
Otra de las fértiles áreas protegidas del país. Seguramente quieras contemplar sus bosques de helechos gigantes, sus tucanes, sus osos hormigueros y sus guacamayos multicolor. O la Laguna Volcán, a cuyo margen se ha levantado un pequeño hotel.
El Fuerte de Samaipata (o Centro Cósmico de Samaipata) se encuentra dentro de los límites del parque. Se trata de un centro de observación astrológica y de culto a la Luna erigido por los chané. Y ocupado posteriormente por incas, guaraníes y españoles.
El Centro Ecológico Cuevas cuenta con unas vistosas cascadas y es perfecto para pasar una temporada en pleno entorno selvático, ya sea en cabañas o acampando en una tienda.
13. Coroico y la Ruta de la Muerte
Coroico es una pequeña población de los Andes, punto de partida para actividades como el ciclismo, el senderismo o el vuelo con parapente. El visitante suele realizar caminatas hacia los ríos Coriwayko y Negro, así como hasta las cascadas de La Jalancha.
Desde Coroico se puede realizar una ruta que es célebre en el mundo entero: el Camino a Los Yungas o Carretera de la Muerte. Un tramo de carretera de unos 80 kilómetros de extensión que bordea las montañas y deja paisajes que cortan el aliento. Debido a la estrechez de la carretera, así como al enorme número de accidentes mortales, actualmente esta se encuentra reservada a los ciclistas.
14. Amazonia Boliviana
El Amazonas es uno de los grandes pulmones de la Tierra, así como un auténtico vergel para la vida. Y Bolivia posee una parte de ella, siendo la ciudad turística de Rurrenabaque la principal puerta de entrada. Durante las excursiones que realices a la selva, te alojarás en las ya mencionadas cabañas ecosostenibles que, no obstante, gozan de bastantes comodidades. Debes contratar un tour con un operador de confianza e informarte previamente. Adentrarte por tu cuenta y riesgo en la zona no es una opción. Te sorprenderá la espectacular variedad de entornos que visitarás en muy poco tiempo. Y también lo ricos que están los menús que podrás degustar en la zona, por lo general extremadamente baratos.
15. Gran Chaco
Se denomina de este modo a la gigantesca extensión de bosque seco que se extiende por Paraguay, Brasil, Bolivia y Argentina. La parte que corresponde a Bolivia (128.000 km²) es famosa por sus reservas de gas natural. Y comprende un espectro biológico que va desde las zonas semiáridas hasta las semihúmedas. La densidad poblacional es en esta zona muy baja.
Ayoreos, chuiquitanos y guaraníes pueblan aún la zona, en ocasiones manteniendo sus hábitos de vida tradicionales. Igualmente, continúan siendo muy importantes la agricultura y la ganadería. Razón por la cual, quizá convenga degustar la gastronomía local. Platos como la ensalada de poroto, las chirriadas y los asados chaqueños suelen colmar las ambiciones del visitante.
¿Qué hacer en Bolivia en 7 días?
Una ruta por los imprescindibles que visitar en Bolivia en solo 7 días. Obviamente, no puedes ver un país tan grande en tan solo una semana. Pero sí que puedes exprimir esa semana al máximo.
- Día 1: El primer día, te recomendamos explorar la capital de Bolivia La Paz.
- Día 2: En tu segundo día te recomendamos viajar desde La Paz hasta Copacabana e Isla del Sol. Se trata de un trayecto de unas tres horas y durante el viaje podrás disfrutar de unas imponentes vistas del Lago Titicaca. Una vez en la ciudad, visita la Basílica de Nuestra Señora de Copacabana (corazón de la misma). Posteriormente, puedes subir a un bote tradicional hasta la Isla del Sol, en pleno Titicaca.
- Día 3: Si te has alojado en lago Titicaca, el tercer día te recomendamos realizar un paseo matutino por las escalinatas incas de Yumani y la Fuente de la Eterna Juventud. Coge un bote para visitar la Isla de la Luna y Rocasagrada. Una vez finalizadas estas visitas, puedes volver a La Paz a través de la Cordillera Real de Los Andes.
- Día 4: Dedica otro día a realizar un recorrido por La Paz para conocer Killi Killi, San Francisco, Museo del Oro, Valle de la Luna, los mercados artesanales o súbete al teleférico local.
- Día 5: El día 5 te recomendamos visitar el Salar de Uyuni. Puedes hacerlo desde La Paz en avión. Una vez aterrices, realiza un recorrido por la zona visitando Pucará de Aique, Incahuasi o Colchani. Se recomienda pasar la noche en un hotel de la zona construido a base de sal.
- Día 6: Desde el Salar de Uyuni hasta La Paz. El día 6 lo puedes dedicar a conocer la ciudad en profundidad y realizar alguna de las actividades que te hayan quedado pendientes.
- Día 7: Ahora que ya conoces Bolivia es momento de partir hacia tu próximo destino.
¿Cuál es la mejor época para viajar a Bolivia?
Debes tener en cuenta dos factores. El primero, que viajamos hasta un país del Hemisferio Sur. Y esto quiere decir que las estaciones se encuentran invertidas. Y que cuando en Europa es invierno, allí es verano. El segundo, que la diversidad de alturas y ecosistemas del país supone, a su vez, una enorme variedad de climas. En un mismo día puedes estar a 9 grados en La Paz y a 32 grados en La Trinidad. Por lo general, Bolivia es cálida y húmeda en verano, así como fría y seca en invierno.
¿Cuándo viajar al altiplano boliviano?
Vigila las noches, ya que la gran altitud puede hacer que el termómetro caiga más allá de los cero grados. La media se encuentra en torno a los 15-22º. Las lluvias no suelen ser especialmente copiosas aquí, por lo cual se puede visitar la zona durante todo el año.
¿Cuándo viajar a la cordillera central boliviana?
Otra zona a gran altura, con lluvias más bien escasas. Entre los 17 y 27 grados diarios de media. Nuevamente, cuídate de pasar las noches a la intemperie. De resto, se puede visitar durante todo el año.
¿Cuándo viajar a los Andes bolivianos?
Se recomienda hacerlo preferiblemente entre los meses de abril-octubre (estación seca).
¿Cuándo viajar a la Amazonía boliviana?
Las lluvias pueden ser muy intensas, transformando ciertas zonas y caminos en auténticos lodazales colonizados por los mosquitos. Por tanto, opta por la estación seca (de abril a octubre).
¿Cuándo viajar al Gran Chaco boliviano?
Se trata de una zona de variabilidad climatológica extrema, con temperaturas entre los 0 y los 40 grados. Por tanto, debes buscar el entretiempo, evitando tanto las lluvias intensas como los meses de mayor calor. Abril, mayo, septiembre y octubre.
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Si viajas a Bolivia resulta altamente recomendable contratar un seguro de viajes. El MAEC (Ministerio de Asuntos Exteriores Español) recomienda contratar un con amplia cobertura médica. En Bolivia, el sistema público de salud demuestra insuficiencias y suele ser habitual tener que acudir a centros sanitarios privados. Estos centros suelen tener costes elevados y a menudo, se requiere un depósito previo. Se debe destacar que autoridades médicas y hospitalarias bolivianas no realizan intervenciones de urgencia que supongan un gran coste si no tienen garantía de pago por parte de la persona que se vea afectada por un accidente o problema médico grave. Por esto motivo, se recomienda siempre viajar con un seguro con amplia cobertura médica.
Otro aspecto importante que se debe tener en cuenta, es que Bolivia está situada en la cordillera de los Andes y por lo tanto, cuenta con numerosas cumbres de gran altitud (más de 6.000 m.s.n.m). Aunque estas cumbres son de fácil acceso, su ascensión requiere una buena aclimatación previa a la altura. De lo contrario, es posible verse afectado por el denominado “Mal de altura”. Este mal agudo de montaña se suele experimentar en el occidente del país (La Paz, Oruro, Potosí) que es la zona de más altura. En caso de necesitar asistencia te recomendamos llamar al número de teléfono de asistencia en viaje que encontrarás en tu póliza (disponible las 24h del día los 365 del año). El seguro se pondrá en contacto contigo indicándote cómo debes proceder para recibir asistencia sin tener que adelantar ni un euro.
Al descargar la aplicación móvil de Heymondo contarás con la funcionalidad de chat médico y videoconsulta en tiempo real. Esto te permitirá contactar con un equipo médico las 24 horas del día y obtener las respuestas que necesites. Para mayor tranquilidad, añade el seguro de cancelación. Esta cobertura adicional te permitirá anular tu viaje con causa médica justificada. Así que no lo dudes, si tienes pensado viajar a Bolivia, ¡Viaja seguro, viaja con Heymondo!
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