Viajar a México

Y sumergirse en su cultura

Viajar a México
(Y sumergirse en su cultura)

Pueblos mágicos, pirámides mayas, ciudades antiguas escondidas en la selva, cenotes sagrados, playas paradisíacas, una cultura milenaria, gastronomía Patrimonio de la Humanidad… ¡Son tantas las razones para viajar a México! Por la cantidad de lugares que visitar y las rutas para hacer, es un destino para repetir y repetir. Además, su gente es tan encantadora que no tardas en sentirte como en casa. ¡No lo dudes! México es un viaje inolvidable. Si aún no estás muy convencido… ¡Sigue leyendo!

Si bien el principal reclamo turístico de México es la Riviera Maya, con los resorts de Cancún y Playa del Carmen, Tulum, las aguas cristalinas del Caribe y sus islas sacadas de una postal como Holbox, Cozumel o Contoy… “Tierra adentro” hay muchos lugares dispuestos a robarte el corazón. Más allá de Quintana Roo, sin salir de la península del Yucatán al sur del país, encontramos una de las siete Maravillas del Mundo: Chichén Itzá. Sin duda un imprescindible de México. Pero no es el único vestigio maya del que podemos disfrutar en esta zona: Uxmal, Cobá o Edzná, ya en el estado de Campeche, son algunas de las joyas arquitectónicas que miran a las estrellas. Pero vayamos por partes…

El arte mexicano: el país de Frida Kahlo y Diego Rivera

Pongámonos en situación; aterrizas en la Ciudad de México, la capital es una de las principales puertas de entrada al país y es el lugar perfecto para comenzar un gran viaje. Metrópoli enorme y cosmopolita, con más de 22 millones de habitantes, CDMX es una urbe donde el arte está presente de forma constante. ¿Ejemplos? La Casa – Museo de Frida Kahlo en el pintoresco barrio de Coyoacán. Distrito bohemio de arquitectura colonial donde también vivieron personajes como León Trotsky, amigo y camarada de la artista. Con galerías de arte, tiendas de artesanías y cafeterías, sin duda la visita estrella es a la Casa Azul, la vivienda familiar de los Kahlo, donde los objetos personales de la pintora y algunas de sus obras se exponen en las diferentes salas. Una parada imprescindible. 

Siempre a la sombra de Frida, su marido Diego Rivera es uno de los artistas mexicanos más relevantes. Sus obras se pueden ver por varios edificios emblemáticos de la capital. Por ejemplo, en los murales del Palacio Nacional. Antiguamente la residencia oficial del conquistador Hernán Cortés, hoy es la sede del Poder Ejecutivo del Gobierno Federal de México. Sus paredes cuentan de la mano de este artista, la historia del pueblo mexicano.

¿Otro lugar para empaparse de arte sin salir de la capital mexicana? El Palacio de Bellas Artes, en el corazón de la ciudad. Un precioso edificio en estilo Art Decó donde se llevan a cabo exposiciones, conciertos, óperas, ballets… Como parte de la agenda cultural de este palacio y monumento de cúpula dorada. A día de hoy, es Patrimonio de la Humanidad. 

La cultura milenaria: vivir el Día de los Muertos en México

Gracias a la película “Coco” de Disney, estrenada en 2017, se puso más de moda la tradición ancestral y milenaria que se celebra en México por el día de “Todos los Santos”. La fiesta consiste en honrar la memoria de los familiares fallecidos a través de sus canciones favoritas, platos típicos y desfiles protagonizados por “catrinas”, la forma elegante de vestir a la Muerte. Toda la familia se reúne en torno a un altar dedicado a los difuntos, a los que el brillo de las velas y las flores de cempasúchil les harán volver a casa, solo por una noche. 

El origen del Día de los Muertos proviene de los purépechas, pueblo que habitaba la zona central de México antes de la llegada de los españoles y la religión cristiana. La tradición se conservó e integró con las nuevas creencias, y a día de hoy es la fecha más señalada de todo México. Para vivir un auténtico Día de los Muertos, con todo su esplendor,  lo mejor es trasladarse hasta el estado de Michoacán, en concreto el pueblo mágico de Pátzcuaro y la isla de Janitzio, lugar donde se originó esta celebración. Una antigua leyenda señala que si se cruza el lago de Pátzcuaro la noche de ánimas, las personas de alma pura podrán ver en la superficie del lago a sus difuntos más queridos. Por ello, durante esta noche tan especial,  los pescadores permiten subir a sus barcas a todos los presentes para cruzar el lago, a la luz de las velas. 

Pero no solo en Pátzcuaro se vive el Día de Muertos de forma especial. Otros destinos del estado de Michoacán, como puede ser Santa Fe de la Laguna, veneran al “Muerto del año”. Su iglesia fue inspiración para crear el pueblo de “Coco” y, es más, mamá Coco vive allí. Sí, como lo lees, es un personaje real y cada año recibe en su casa a docenas de visitantes que quieren saludarla. Muy cerca de Santa Fe, se ubica Tzintzuntzán: el panteón lacustre que aparece en la película. Sin duda viajar a México durante estas fechas, es una experiencia única.

Visitar ciudades Patrimonio de la Humanidad

¿Sabías que hay 10 ciudades con Patrimonios de la Humanidad distribuidas por todo México? La UNESCO ha incluido en su lista, a la ciudad amurallada de San Francisco de Campeche, con su precioso casco antiguo colonial. La ciudad de México por el Zócalo -centro histórico- y los chinampas o jardines flotantes del Parque Nacional de Xochimilco, perteneciente a la CDMX. Sin duda resulta impresionante contemplar la majestuosa catedral Metropolitana de la Ciudad de México: la primera piedra fue puesta en 1.573, y tardó 250 años en construirse. 

Otra ciudad cuyo centro histórico es Patrimonio de la Humanidad es Morelia, a la que Pablo Neruda llamó “la ciudad de la cantera rosa”. La capital del estado de Michoacán -cuyo acueducto aparece en el billete de 50 pesos mexicanos – posee singulares rincones como el Callejón del Romance, la catedral Metropolitana del siglo XVIII o el Palacio de Gobernación, ubicado en un antiguo convento y con un claustro de murales que es una auténtica maravilla. 

Guanajuato, con su bellísima arquitectura barroca; Oaxaca de trazo colonial perfectamente delineado; Puebla, llamada “El relicario de América” y según la leyenda, construida por ángeles; Querétaro, con preciosos palacios de fachadas cuajadas de buganvillas; San Miguel de Allende, Tlacotalpan en Veracruz con una arquitectura neoclásica exquisita y Zacatecas son las otras ciudades presentes en este listado. Ciudades con una mezcla de dos mundos, que fusionan lo europeo con lo indígena, desprendiendo un ambiente único. Estas ciudades por sí mismas, justifican el viajar a México. 

Ruta de los pueblos de México

No son Patrimonio de la Humanidad pero tienen un estatus propio. El título de “Pueblo Mágico” se concede a aquellos pueblos que conservan las tradiciones, el encanto, y la arquitectura típica. Son en sí mismos un viaje al pasado; callejear por las travesías y plazas de estos pueblos mágicos de México es un planazo. Hay un total de 132 pueblos mágicos repartidos por todos los estados. Algunos de los más populares o imprescindibles de visitar son: Pátzcuaro, nombrado anteriormente como cuna del Día de los Muertos. Choluca, en Puebla. Dolores Hidalgo, en Guanajuato. Valladolid, en Yucatán, muy cerca de la famosa Chichén Itzá. Tulum, Quintana Roo (la Riviera Maya). A orillas del Pacífico, el pueblo mágico de Sayulita, en la Riviera Nayarit, también destino favorito para los surferos. San Cristóbal de las Casas en Chiapas. El pueblo amarillo de Izamal en Yucatán; Casas Grandes en Chihuahua… Y muchos más.

Las pirámides de México

Cuentan que los Mayas, además de guerreros, eran grandes intelectuales de la astronomía. Los más sabios leyeron el firmamento y los movimientos de los dos grandes astros  que rigen sobre la tierra, lluvias y cosechas: el Sol y la Luna. Así se construyó la pirámide de Kukulcán, la principal atracción turística de Chichén Itzá. Cada Equinoccio, por la escalera de la pirámide, “baja” del cielo la serpiente emplumada. Un evento que congrega a miles de personas. 

Visitar la ciudad de Chichén Itzá, en el estado de Yucatán, es uno de los principales motivos por los que viajar a México. Hacer una ruta por el legado de la cultura maya se puede completar visitando otros recintos arqueológicos: Tulum, a orillas del Caribe. Cobá: de 80 kilómetros cuadrados, se trata del yacimiento más extenso y antiguo de la península del Yucatán. Las ruinas de Uxmal o Edzná, en Campeche, con una espectacular pirámide conocida como “El castillo”. 

Lejos de la cultura maya, al nordeste de la Ciudad de México encontrarás las pirámides de Teotihuacán, conocida como la “ciudad de dioses”. Uno de los principales centros culturales y místicos en Mesoamérica, desde el año 100 a.C. hasta el siglo VII. La calzada de los Muertos, la pirámide del Sol y la de la Luna te acercarán a esa cultura mágica y ancestral prehispánica.

La playas de México: 11.000 kilómetros de costa

Más de 11.000 kilómetros de litoral -sin contar las islas- distribuidos en varios mares y océanos: el Atlántico -con parte del Caribe- y el Pacífico. El mar de México es infinito. Y sus playas, para todos los gustos. De aguas turquesas, cálidas, protegidas por el segundo arrecife de coral más importante del mundo -la barrera de Mesoamérica-. Así son las playas de la Riviera Maya, la viva imagen del paraíso con palmeras, donde  disfrutar de un cóctel en mano y unas vacaciones perfectas. ¿Algunas de las preferidas? La playa del Cielo, en Cozumel, cuyo fondo submarino es un firmamento de millones de granitos de arena con estrellas de mar. Punta Maroma, en Playa del Carmen, totalmente virgen. O la misma Maya Beach, bajo las ruinas de Tulum. Más al norte, en las costas del Atlántico, playas de arena blanca y finísima con aguas transparentes te esperan en la famosa Costa Esmeralda, en el estado de Veracruz. 

En el Pacífico, un paraíso menos conocido -pero increíblemente hermoso- es el cabo San Lucas, en la Baja California. Para la escapada más romántica: la playa del Amor. En esta zona también se pueden avistar ballenas jorobadas. Otro paraíso, para el que hay que reservar por ser Parque Nacional, es la playa Escondida, en las Islas Marietas (Riviera Nayarit). Esta zona de México es muy reclamada por los famosos de Hollywood, a quienes se han visto descansando y paseando por el extenso arenal virgen de Punta de Mita

Baño en un cenote: la puerta al inframundo de los mayas

El baño en agua dulce también es posible. Otro motivo increíble para viajar a México es sumergirse en alguno de sus misteriosos cenotes. Los cenotes son pozos o estanques profundos de agua cristalina, algunos a cielo abierto; otros totalmente ocultos bajo las rocas. Escondidos en las selvas del sur de México ¡se calcula que hay unos 9.000 cenotes! 

En algunos de estos manantiales subterráneos es posible bañarse, ya que algunos han sido acondicionados para ello, con pasarelas o escaleras de madera. Hay que saber que para los mayas eran pozos sagrados, abismos que daban a la puerta al inframundo, por lo que les provocaba tanta adoración como pavor. Algunos de los cenotes más bonitos y fotogénicos son: el cenote de Saamal, muy cerca de Chichén Itzá; el de Ik Kil, donde también puedes hacer una visita guiada. El de Suytun, próximo a Valladolid es uno de los cenotes más visitados, por su bella cavidad subterránea de estalactitas. El complejo de cenotes de Santa Bárbara es también una excursión recurrente, por hallarse cerca de la ciudad de Mérida, la capital del Yucatán, y el pueblo mágico de Izamal. 

Naturaleza virgen: paraíso de pájaros y tortugas

Estar en contacto con la pura naturaleza y disfrutar de momentos únicos es otra de las razones por las que viajar a México. Y es que la biodiversidad y la fauna en este país deja sin palabras. Por ejemplo, bañarse con tortugas en Akumal, en la Riviera Maya, es una de esas experiencias que dejan huella. Siempre de forma respetuosa, sin molestar ni tocar a las tortugas o las mantarrayas. 

En la costa caribeña también se ubica Contoy, conocida como la isla de los pájaros. Reserva natural en la que puedes observar aves endémicas, también es un paraíso marino para quien sea fan del buceo o el snorkel: los fondos coralinos son un auténtico regalo de la naturaleza. 

Si nos vamos al otro extremo de México, la Riviera Nayarit, en el Pacífico, te espera una sorpresa: Isla Isabel, a la que llaman la pequeña Galápagos. En los acantilados y árboles de este parque nacional, anidan especies en peligro de extinción y que solo pueden verse en muy pocas partes del mundo. Por ejemplo, el pájaro bobo de patas azules. Es un verdadero espectáculo. 

Cabe destacar, que en México existen santuarios de luciérnagas y de mariposas monarca. La migración de estas últimas, procedentes de Canadá a las montañas de México central, sucede durante el mes de noviembre. A finales del otoño y durante el invierno es una magnífica época para viajar a la Reserva de la Biosfera de la mariposa Monarca, repartida entre los estados de México y Michoacán. Con un guía local se pueden visitar los santuarios, donde descansan y se reproducen. 

Gastronomía mexicana: Patrimonio de la Humanidad

Dicen que por el estómago se conquista, y esto en México no puede ser más cierto. Aunque internacionalmente lo más conocido de la gastronomía mexicana es el tex mex -burritos, tacos, nachos, enchiladas- hay tal variedad y riqueza en su cocina tradicional, que ha sido inscrita en la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Las técnicas artesanales de cultivo, la preparación y el uso de alimentos de origen mexicano, como el maíz, el tomate, el aguacate, la calabaza, el cacao, la vainilla o el chile, consiguen elaborados platos a los que se añaden los elementos presentes en cada zona. Por ejemplo, en la costa del Pacífico son típicos los pescados y camarones acompañados de diferentes salsas. Lo mejor es acercarse a los mercados locales, curiosear y dejarse llevar. 

Los mexicanos

Parece obvio pero uno de los (mejores) motivos por lo que visitar México, es su gente. Hospitalarios, amables, tremendamente acogedores… No dudan en hacer sentir a los extranjeros, desde el minuto uno, como en casa, integrándote en sus fiestas y tradiciones. Que no te extrañe si te invitan a pasar a una casa y tomar un guiso de maíz durante la Noche de todos los Santos, ya que es tradición. No olvides agradecer dejando una fruta o dulce en el altar de la casa. Para los mexicanos, compartir un “trago”, una canción o una historia es parte de sus tradiciones. Esa que, en el día a día dejamos atrás, pero cada 1 de noviembre se retoma.

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