Viajar es una de las experiencias más transformadoras que existen. Nos conecta con otras culturas, paisajes y formas de vida. Pero también es cierto que, como viajeros, dejamos una huella. Por eso, cada vez más personas apuestan por el turismo sostenible o turismo consciente como forma de descubrir el mundo sin dejarlo peor de lo que lo encontraron.
En lugar de correr de un sitio a otro, el slow travel propone disfrutar con calma, conectar con lo local y priorizar la calidad frente a la cantidad. Optar por un viaje responsable no significa renunciar a la aventura, sino vivirla de forma más consciente. Elegir destinos que fomenten el ecoturismo, dormir en alojamientos sostenibles o apoyar la economía local son pequeños gestos que suman.
En este artículo te llevamos a cinco lugares únicos donde tu viaje puede tener un impacto positivo, tanto para ti como para el planeta. Y como siempre, para viajar con total tranquilidad, recuerda que un seguro de viaje como el de Heymondo te cubre ante cualquier imprevisto, estés donde estés.
Índice
¿Qué es el turismo sostenible?
Un viaje low-impact es, en esencia, una forma de moverse por el mundo dejando la menor huella posible. No se trata de ser perfectos, sino de tomar decisiones más conscientes que beneficien tanto al lugar que visitas como a ti como viajero. Es una filosofía que se enmarca dentro del turismo sostenible y que busca el equilibrio entre explorar y preservar.
Implica apostar por el ecoturismo, consumir de manera responsable, reducir residuos para tratar de frenar el cambio climático, respetar la biodiversidad y contribuir a la conservación ambiental. Pero también incluye gestos sencillos: moverse en transporte público, elegir actividades respetuosas con el entorno, o buscar alojamientos que generen empleo local y utilicen energías limpias.
Más allá del “no hacer daño”, el turismo regenerativo va un paso más allá: se trata de dejar el destino incluso mejor de cómo lo encontramos. Suena ambicioso, pero es posible si elegimos con intención y viajamos con la mente abierta.
Destinos para hacer turismo sostenible
Costa Rica: el paraíso del ecoturismo
Costa Rica es, sin duda, uno de los grandes referentes del turismo sostenible a nivel mundial. Este pequeño país centroamericano ha sabido convertir su riqueza natural en una forma de desarrollo que protege el medio ambiente y empodera a las comunidades locales.
El 25% de su territorio está protegido por parques nacionales y reservas naturales. Aquí, el ecoturismo no es una moda: es una forma de vida. Puedes explorar la selva en rutas guiadas por expertos locales, observar tortugas marinas en temporada o alojarte en eco-lodges que funcionan con energía solar y practican la reforestación activa.
Además, la economía circular está muy presente: muchas actividades están gestionadas por cooperativas locales que reinvierten los beneficios en la comunidad. Esto convierte a Costa Rica en un destino ideal para quienes buscan viajes con impacto positivo.
Eso sí, moverse por zonas rurales implica cierto nivel de improvisación. Lo bueno es que forma parte de la experiencia: cada camino de tierra, cada sonido de la selva y cada encuentro con la fauna local te recuerda por qué merece la pena viajar de forma más consciente.
Eslovenia: verde, accesible y sorprendente
Eslovenia es uno de esos destinos sostenibles que sorprenden por su compromiso real con el medio ambiente. De hecho, fue el primer país del mundo en recibir el título de Destino Verde Global según los estándares internacionales de turismo responsable. ¿Su secreto? Apostar por lo local, lo auténtico y lo natural.
La capital, Ljubljana, es un ejemplo de urbanismo amable, movilidad limpia y respeto por el entorno. Es perfecta para explorar en bicicleta o a pie. Pero la verdadera joya de Eslovenia está en su naturaleza: lagos de cuento como Bled o Bohinj, cuevas espectaculares como Postojna y una red de parques naturales bien conservados.
Este es un país ideal para practicar el slow travel: recorrerlo en coche eléctrico o en tren, hacer senderismo entre los Alpes Julianos o disfrutar de la gastronomía de proximidad en aldeas que parecen detenidas en el tiempo.
Muchos alojamientos rurales trabajan con principios de turismo regenerativo, produciendo su propia energía o cultivando productos ecológicos. Además, el tamaño compacto del país permite minimizar los desplazamientos sin renunciar a la diversidad de paisajes.
Eslovenia es ese tipo de destino que te invita a bajar el ritmo, respirar hondo y reconectar con lo esencial.
Islandia: naturaleza salvaje y conciencia ambiental
Islandia no es solo un destino de paisajes espectaculares; también es un ejemplo de cómo el turismo ecológico puede convivir con un entorno frágil y extremo. Este país de volcanes, glaciares y auroras boreales lleva años aplicando políticas activas de conservación ambiental frente al aumento del turismo.
Aquí, cada visita a una cascada o a un campo de lava viene acompañada de normas claras para proteger la flora, la fauna y los ecosistemas. Las rutas están bien señalizadas, los alojamientos rurales apuestan por energías renovables, y la mayoría de las piscinas termales utilizan energía geotérmica, una de las grandes fortalezas del país.
Aunque Islandia ha tenido que enfrentarse al reto de recibir más viajeros de los que su infraestructura puede soportar, ha reaccionado regulando los accesos a zonas protegidas y limitando ciertas actividades. Esto convierte al país en un buen ejemplo de viaje responsable, donde el turismo se adapta al entorno y no al revés.
Es un destino que te conecta con la tierra en estado puro, pero que también te hace reflexionar sobre el impacto ambiental de tus pasos. Y eso, para muchos viajeros, es parte esencial del viaje.
Si estás planeando tu escapada, no te pierdas nuestra guía definitiva para viajar a Islandia.
Bután: menos turistas, más significado
Bután es un país que ha decidido hacer las cosas de otra manera. Este pequeño reino del Himalaya limita el número de visitantes cada año y apuesta por un modelo de turismo sostenible basado en el valor, no en la cantidad. Aquí no hay turismo masivo. Todo está pensado para que el visitante conecte de forma profunda con la cultura, la espiritualidad y la naturaleza.
El gobierno aplica una política de “alto valor, bajo impacto”, lo que significa que cada viajero paga una tasa diaria que incluye guía, alojamiento, transporte y contribuciones a programas de conservación ambiental. Esta inversión se traduce en beneficios reales para las comunidades locales y en un modelo de turismo regenerativo que cuida lo que tiene.
Si decides visitar Bután, no vas a encontrar grandes resorts ni espectáculos turísticos. En su lugar, descubrirás monasterios colgados en acantilados, senderos sagrados, mercados tradicionales y una filosofía de vida centrada en la felicidad y la calidad de vida. Es un destino para quien busca sentido, no solo fotos bonitas.
Viajar aquí es un acto casi meditativo. No solo por lo que ves, sino por cómo lo vives. Y eso deja una huella… pero en ti.
Azores: naturaleza intacta en el corazón del Atlántico
A medio camino entre Europa y América, las islas Azores forman un archipiélago portugués que parece de otro planeta. Paisajes volcánicos, lagunas turquesa, acantilados infinitos y una biodiversidad impresionante convierten este rincón del Atlántico en uno de los grandes destinos turísticos sostenibles del continente.
A pesar de su belleza, las Azores han logrado escapar del turismo de masas gracias a una gestión responsable del entorno natural. Hay controles estrictos sobre el número de visitantes en áreas sensibles, un sistema eficiente de reciclaje y una apuesta firme por las energías renovables. Aquí, el respeto por la naturaleza no es opcional, es parte del día a día y tienen plenamente en cuenta las repercusiones del turismo.
Hay mucho que ver en las islas Azores: puedes practicar senderismo por antiguos cráteres, hacer kayak en lagos volcánicos, avistar cetáceos con empresas certificadas o dormir en eco-alojamientos integrados en el paisaje. Este es el destino perfecto para quienes quieren practicar un viaje responsable sin salir de Europa, saboreando los ritmos locales y apoyando una economía local basada en la sostenibilidad.
¿Y ahora qué? Cómo viajar con menos impacto
Ya has visto que existen lugares increíbles que no solo te maravillan, sino que también te inspiran a viajar de forma más consciente. Pero no hace falta cruzar medio mundo ni alojarse en una cabaña solar para practicar el turismo sostenible.
Cada decisión cuenta, desde cómo te desplazas hasta qué souvenirs eliges. A continuación, te damos algunas ideas para convertir tus próximos viajes en experiencias con impacto positivo, sin complicaciones y sin dejar de disfrutar.
Consejos para viajar con menos impacto
Viajar de forma más sostenible no significa complicarse la vida. A veces, pequeños gestos marcan la diferencia. Aquí van algunas ideas para reducir tu huella sin renunciar a la aventura:
Antes de salir
- Elige destinos comprometidos con el medio ambiente. Muchos países y regiones apuestan por el turismo ecológico de verdad, con políticas claras y certificaciones.
- Compensa las emisiones de tus vuelos. Hoy en día hay plataformas que te permiten calcular y neutralizar tu huella de carbono invirtiendo en proyectos verdes.
- Viaja ligero. Menos peso, menos combustible, menos impacto ambiental. Y más libertad.
Durante el viaje
- Muévete despacio. El slow travel no es solo una moda: te permite conocer mejor los lugares, reducir desplazamientos y generar un turismo más respetuoso.
- Alojamientos sostenibles. Busca hoteles o apartamentos que funcionen con energías renovables, gestionen bien los residuos o trabajen con proveedores locales. Evita aquellos que solo priorizan los beneficios económicos.
- Consume local. Come en restaurantes de barrio, compra productos artesanales y apoya experiencias gestionadas por la comunidad.
En todo momento
- Evita plásticos de un solo uso. Lleva tu botella reutilizable, bolsa de tela y utensilios propios.
- Respeta las normas de conservación ambiental. Si hay un cartel que dice “no pasar”, hazle caso. Estás de visita.
💡Recuerda: cada elección cuenta. Y cuando viajamos con intención, el impacto positivo no se queda solo en el destino… también nos transforma a nosotros.
Viaja asegurado con Heymondo
Viajar con menos impacto no es una meta lejana, es una forma de moverse por el mundo con más conciencia y respeto. Ya sea explorando selvas en Costa Rica, pedaleando por los valles de Eslovenia o contemplando un glaciar en Islandia, cada decisión cuenta. Y lo mejor es que no tienes que renunciar a nada: solo cambiar el enfoque.
El turismo sostenible no se trata de hacerlo perfecto, sino de hacerlo mejor. Escoger destinos responsables, apoyar a comunidades locales, reducir tu huella… y también cuidarte a ti.
Viajar con conciencia también significa estar preparado para lo inesperado, y ahí es donde entra Heymondo. Nuestro seguro de viaje te acompaña estés donde estés, con coberturas que van desde asistencia médica hasta 10.000.000€, cancelación de viaje, retrasos de vuelos, hasta robo o pérdida de equipaje. Todo gestionado desde tu móvil con nuestra app, para que tengas el control incluso cuando estás lejos de casa.
Así que ya lo sabes: viajar bien también es hacerlo protegido, y puedes hacerlo con Heymondo desde solo 1,15€ al día. Elige destinos con impacto positivo. Muévete lento. Disfruta sin prisas. Y hazlo con la tranquilidad de que, pase lo que pase, estás cubierto.
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