La Ruta 66, también conocida como the mother road (la carretera madre), es un icónico trayecto de 3.939 kilómetros que cruza Estados Unidos de punta a punta, desde Chicago hasta Santa Mónica, California. Con los años, la Ruta 66 se ha convertido en un camino poco menos que legendario, ideal para recorrer en coche y un recorrido de ensueño para moteros. Su presencia se ha dejado notar en películas míticas como “Las uvas de la ira”, “Forrest Gump” o “Granujas a todo ritmo”, lo que la ha terminado convirtiéndolo en todo un emblema nacional.
Lo cierto es que recorrerla se ha convertido en una de las mejores formas de conocer “el Estados Unidos real”. Por eso, en Heymondo hemos decidido ofrecer una lista de detalles y puntos de interés que debes tener en cuenta para sacar partido al recorrido, y hemos incluido un itinerario de 10 días con las paradas más imprescindibles para que la experiencia sea inolvidable. Desde los paisajes más espectaculares, hasta los pueblos más auténticos de cada región, este viaje te permitirá descubrir una carretera legendaria, y se convertirá en una aventura capaz de conectar a cualquiera con la verdadera esencia de Estados Unidos.
Historia de la ruta 66
La historia de la ruta, larga e interesante como su mismo recorrido, se puede rastrear hasta el siglo XIX, mucho antes de recibir su nombre o de ser una de las carreteras federales de Estados Unidos. En realidad, nació en 1857 bajo la forma de un camino abierto por el ejército americano, cuyo objetivo no era otro que el de transportar armamento y otras provisiones a través del paralelo 35.
No fue hasta mucho más tarde (concretamente, hasta el 11 de noviembre de 1926) que la ruta recibió el nombre por el que la conocemos hoy en día. También fue entonces cuando se convirtió en una de las primeras vías en ser incluidas en la red de carreteras federales, a pesar de que todavía contaba con tramos sin asfaltar. El objetivo de la ruta, por supuesto, era comunicar las grandes ciudades de la época con zonas más rurales. Tal como había ocurrido con el ferrocarril durante el siglo anterior, la construcción de esta carretera propició el nacimiento de pueblos y pequeños asentamientos a su alrededor. Gasolineras, moteles y otros negocios abrieron específicamente para dar servicio a los viajeros y a los camioneros que recorrían aquel trayecto plano, recto y aparentemente interminable.
Durante los años 30, la ruta fue utilizada por los movimientos migratorios surgidos a raíz de la crisis económica o del llamado Dust Bowl, un desastre ecológico causado por la sequía y los vientos de la región que aparecía en forma de oscuras nubes de polvo.
La aparición de las carreteras interestatales, a mediados de los años 50, supuso el inicio del declive del icónico trayecto. Este declive duró hasta junio de 1985; desde entonces, ya no forma parte de la red de carreteras estatales. Se consideraba obsoleta, y había sido sustituida por la nueva red de autopistas interestatales.
En la actualidad, la ruta parece haber cobrado una nueva vida gracias a su interés histórico y cultural. Aunque ya no es posible recorrerla sin pasar por alguna autopista, la vía, renombrada como historic route 66 fue salvada por diversas asociaciones que velaron por ella. Ahora forma parte del registro nacional de lugares históricos y del sistema de rutas para bicicletas de Estados Unidos.
¿Dónde empieza y dónde termina la ruta 66 en Estados Unidos?
La cartografía oficial nos indica que la carretera madre tiene su comienzo en la ciudad de Chicago. Concretamente, empieza en la confluencia que existe entre Jackson Boulevard y Michigan Avenue, muy cerca de la costa del Lago Michigan.
Tras más de 3.000 kilómetros de recorrido, el camino llega hasta California. No obstante, la ruta tiene su final oficial en el mismo muelle de Santa Mónica. Allí, un pequeño cartel señala el punto concreto, donde cientos de turistas y viajeros se hacen fotografías para recordar el viaje y atestiguar su hazaña.
Itinerario de la ruta 66
Aunque el recorrido general ya ha quedado bastante claro, es importante pensar cómo vamos a organizar cada etapa. Por supuesto, no hay una única opción a la hora de realizar el recorrido, y cada uno puede escoger la suya en función de sus prioridades o del tiempo disponible. No obstante, nosotros hemos preparado un itinerario para recorrer la carretera madre de principio a fin en 10 días, y que permitirá descubrir algunos de los puntos más emblemáticos que recorre.
Día 1. Chicago, Illinois
Chicago es una ciudad muy bella a nivel arquitectónico y merece su propio viaje, así que deberíamos aprovechar el primer día para visitarla antes de ponernos al volante. Algunas paradas obligatorias pueden ser el Navy Pier o el Grant Park, aunque tampoco deberíamos perdernos los desayunos que sirven en el emblemático restaurante Lou Mitchell’s. Además, una foto junto al cartel que marca el inicio de la ruta nos dará suerte.
Día 2. Chicago, Illinois, a Saint Louis, Missouri
Hoy comenzaremos el recorrido por lo que muchos llaman “the main Street of America”. Eso sí, nos conviene madrugar, porque ahora nos espera un recorrido de más de 500 kilómetros. Tras despedirnos de la ciudad de los vientos, tomaremos la ruta y nos dirigiremos al oeste. El camino nos llevará a ciudades como Pontiac o Springfield, lugar que tiene mucho que ofrecer al viajero y cuya historia está fuertemente ligada a la ruta.
Una vez lleguemos a Saint Louis, podremos cenar en el Pappy’s Smokehouse o en el Bogart’s, dos locales emblemáticos de la ciudad. Allí también descubriremos el puente Chain of Rocks, aunque cuesta un poco encontrarlo.
Día 3. Saint Louis, Missouri, a Springfield, Missouri
El trayecto del tercer día es un poco más corto, lo que nos permitirá visitar ciudades como St. Clair, Stanton, Lebanon o Marshfield con algo más de tranquilidad. También pasaremos junto al Lago Springfield, donde podemos encontrar un parque perfecto para estirar las piernas.
Otros puntos a destacar en esta etapa son el Devil’s Elbow Bridge, que cruza en río Big Piney, o las cavernas Meramec de Stanton, uno de los supuestos escondrijos de Jesse James.
Día 4. Springfield, Missouri, a Oklahoma City, Oklahoma
El trayecto que ocupa nuestra cuarta etapa, suele ser una de las partes favoritas para muchos viajeros. Ya que, cruza lugares tan emblemáticos como Riverton o Tulsa y cuenta con paisajes maravillosos. Entre esta jornada y la siguiente, recorreremos la ruta “Kansas Oklahoma Texas” que abarca puntos muy interesantes.
En Riverton, por ejemplo, podremos hacernos una foto junto a una furgoneta idéntica a un personaje de la película “Cars”. En Kansas, a su vez, encontraremos postes coloridos que sirven como homenaje a la ruta. Y, una vez lleguemos a Oklahoma, descubriremos todo tipo de curiosidades, como el Ed Gallowa’s Totem Pole Park. Por supuesto, hacer una parada en el Tally’s Cafe será casi obligatorio, ya que es el lugar ideal para disfrutar de la verdadera comida americana.
Día 5. Oklahoma City, Oklahoma, a Amarillo, Texas
El trayecto de la jornada es de apenas 400 kilómetros, lo que nos puede permitir disfrutar un poco de Oklahoma City antes de salir a la carretera. Se trata de una ciudad pequeña, pero llena de encanto. No podemos perdernos el canal o el estadio de los Oklahoma City Dodgers.
Una vez en marcha, pasaremos por Clinton o Elk City, lugares en los que encontraremos curiosos museos al aire libre que no nos podemos perder. Y, poco después, llegaremos a Texas, donde siempre es buena idea realizar una parada en el mítico U-Drop-Inn Café de Shamrock. Claro que, si esperamos a llegar a Amarillo, podremos cenar en el Bix Texan y, si somos valientes, enfrentarnos al reto del Big Texan Steak.
Día 6. Amarillo, Texas, a Albuquerque, Nuevo México
Comenzaremos la jornada haciendo una breve parada en el Cadillac Ranch, una curiosa obra de arte popular, realizada con coches reales que se ha ganado un puesto entre los puntos más emblemáticos de la Ruta.
A continuación, llegaremos al punto medio del camino. Situado en un pequeño pueblo llamado Adrian, supone el ecuador del recorrido y es el lugar idóneo para hacer una parada en el Midpoint Cafe. A partir de aquí, nos adentramos en New México. Veremos Tucumcari, repleto de locales retro y murales vintage, y podremos pasar por Santa Rosa. Finalmente, llegaremos a Albuquerque a tiempo para cenar.
Día 7. Albuquerque, Nuevo México, a Flagstaff, Arizona
La jornada que nos espera hoy, de 500 kilómetros de recorrido, nos llevará desde Santa Fe hasta Gallup, un pueblo indio auténtico, o hasta el Petrified Forest, un Parque Nacional muy interesante. Su nombre proviene de la gran cantidad de madera petrificada que se puede encontrar allí y, si deseamos visitarlo con calma, será mejor dedicarle toda la mañana.
Uno de los puntos fuertes de este tramo del viaje es, sin duda, la espectacularidad de los paisajes. No obstante, también encontraremos lugares míticos como Meteor Crater, un cráter producido por un meteorito y que mide más de 1.000 metros de largo.
Día 8. Flagstaff, Arizona, a Fort Mohave, Arizona
Llegados a este punto, desviarse un poco de la ruta para hacer una visita al Gran Cañón es casi obligatorio. Además, la ruta de este octavo día no será especialmente larga, de modo que nos lo podemos permitir.
Pasaremos por Oatman, donde veremos a los burros salvajes que allí viven, para luego dirigirnos hacia el desierto del Mojave. Otra opción, si tenemos tiempo, es desviarnos del camino y hacer una visita a Las Vegas.
Día 9. Fort Mohave, Arizona, a Santa Mónica, California
Nos acercamos al penúltimo día, durante el cual vamos a recorrer los últimos 460 kilómetros que nos separan de California. Llegados a este punto, una opción para comenzar la jornada será visitar el desierto de Mojave, aunque no es conveniente perder mucho tiempo. En California queda mucho por ver.
Además, hay que tener en cuenta que falta cruzar Los Ángeles, ciudad famosa por sus atascos. Lo mejor es ir con tiempo, y tener paciencia. No obstante, el final del viaje, y la emblemática señal que marca el fin de la ruta en el muelle de Santa Mónica, nos esperan.
Día 10. Los Ángeles, California
Por fin hemos llegado a California, pero todavía nos queda mucho por ver. Por eso, este último día podemos dedicarlo a recorrer la propia ciudad de Los Ángeles: podemos pasar frente al cartel de Hollywood o recorrer Rodeo Drive, por ejemplo. También podemos ir al paseo de la fama, al Teatro Kodak o al Downtown de Los Ángeles. A la hora de comer, podemos pasar por el Brent’s, famoso por su sopa de pollo o sus bocadillos de pastrami.
Por supuesto, aunque hemos hecho la ruta en 10 días, siempre es recomendable dedicarle algunos más. Si pasamos dos o tres días en California, podremos recorrer Los Ángeles más a fondo o visitar lugares cercanos, como San Francisco.
¿Qué necesito para hacer la ruta 66?
Si planeamos realizar un recorrido tan icónico como este, antes hemos de asegurarnos de tener cierta documentación en regla. Concretamente, vamos a necesitar estos tres documentos:
- Pasaporte: Este debe estar en regla y ha de contar con una vigencia de más de 6 meses, algo habitual a la hora de viajar a muchos países extranjeros.
- ESTA en vigor: El ESTA es un documento mediante el cuál el gobierno de los Estados Unidos nos autoriza a entrar en su país. Podemos solicitarlo por internet y nos costará unos 14 dólares. Su vigencia, además, es de dos años.
- Carnet de conducir internacional: Para obtener este carnet, necesitarás tener el carnet de conducir nacional, una foto de tamaño carnet y rellenar la solicitud adecuada. Toda esta documentación deberá ser entregada en una oficina de la DGT, donde realizarán los trámites necesarios por unos 10’20 euros.
Además de esta documentación, también será necesario que cuentes con un seguro de viaje. Esto te ofrecerá una mayor seguridad y te evitará futuros contratiempos.
¿Cuál es la mejor época para hacer la ruta 66?
Aunque es posible hacer este viaje en cualquier época del año, cada época tiene sus pros y sus contras. Para hacernos una idea, podemos dividir dichas épocas en tres grupos:
- Verano: La gran ventaja de hacer este viaje en verano es que contaremos con más horas de luz. No obstante, las temperaturas pueden llegar a ser sofocantes en gran parte del recorrido, lo que se convertirá en un suplicio para los viajeros, pero también para nuestro vehículo. Además, al ser temporada alta, es probable que encontremos más aglomeraciones o tengamos dificultades a la hora de encontrar alojamiento en algunos puntos del camino.
- Invierno: Aunque Estados Unidos presenta paisajes únicos en invierno, tenemos que tener en cuenta que las horas de luz van a escasear, algo que puede jugar en nuestra contra a la hora de visitar los diferentes puntos de interés. También tenemos que tener en cuenta que podemos encontrarnos con nieve y hielo en los puntos más norteños del recorrido, como los que cruzan Illinois. Y esto, además de ser una molestia, puede suponer un peligro en la carretera.
- Primavera y otoño: Durante estas dos épocas encontraremos temperaturas más suaves y agradables, pero también disfrutaremos de las suficientes horas de luz. Asimismo, no son épocas tan concurridas como el verano, por lo que no encontraremos tanta gente y será más sencillo encontrar alojamiento.
Visto todo esto, nuestra recomendación es realizar este viaje en primavera o en otoño, dos épocas ideales para recorrer Estados Unidos. Tanto si vamos en abril o en mayo, como si lo hacemos en septiembre o en octubre, podremos gozar de un viaje con un clima agradable y que nos permita recorrer los puntos de interés que deseemos sin mayores complicaciones.
Si viajas a uno de los grandes lagos, hazlo asegurado
Viajar a Estados Unidos puede ser una experiencia emocionante y llena de aventuras, aunque no debemos olvidar que la sanidad privada de este país es muy cara. Un pequeño accidente mientras recorres la ruta 66 puede suponer un gasto enorme si no contamos con un buen seguro médico de viaje. En este sentido, el seguro de viaje de Heymondo puede ser una excelente opción a la hora de vivir una aventura de estas características. Entre otros beneficios, contaremos con una asistencia médica que incluye gastos odontológicos, pero también con una cobertura que incluye robos y daños al equipaje o cualquier cambio y pérdida de servicios. Todo esto, por supuesto, nos permitirá viajar con total tranquilidad y disfrutar de las maravillas que la Ruta 66 nos puede ofrecer.
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