Durante siglos Corea estuvo a la sombra de las grandes potencias que la rodean: China, Rusia y Japón. Pero en estos últimos años Corea del Sur se ha convertido en una potencia económica y cultural a nivel mundial. Y ahora también es uno de los destinos turísticos más deseados gracias a sus series, películas, la música K-pop y su cosmética. Aunque el turismo ha aumentado en estos últimos años sigue siendo un país poco visitado en comparación con otros países de la región como China o Japón y con una gran relación calidad-precio. Puede resultar difícil decidir qué ver en Corea del Sur dado que más allá de Seúl continúa siendo un país bastante desconocido. En este artículo te recomendaremos algunos de los mejores lugares para ayudarte con tu viaje a Corea. 

Corea es un país montañoso y verde y con gran cantidad de parques nacionales que harán las delicias de los amantes de la naturaleza. Además, los coreanos son apasionados del senderismo y qué mejor actividad que unirse a ellos caminando por alguno de estos parques. Para los que prefieran las ciudades, el país cuenta con algunas de las metrópolis más vibrantes de Asia, como Seúl o Busan. Los amantes de la historia pueden sumergirse en verdaderos museos al aire libre como las ciudades de Gyeongju o Jeonju, o simplemente visitar algunos de sus milenarios templos budistas, como el de Haeinsa o el de Bulguksa.

Y qué decir de la deliciosa gastronomía coreana que, aunque sea aún muy desconocida en nuestro país, cuenta con una gran variedad de platos como el bibimbap (arroz con vegetales y una salsa picante), bulgogi (ternera marinada que se cocina a la barbacoa), mandu (las empanadillas coreanas) o el samgyeopsal (cerdo condimentado y cocinado a la brasa). 

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¿Qué ver en Corea del Sur?

Seúl

Muy probablemente el vuelo llegue a Seúl por lo que será la puerta de entrada para la mayoría de los viajes por Corea del Sur. Aquí podrás disfrutar de un compendio de todo lo que ofrece el país: mercados callejeros, arquitectura tradicional, montañas, palacios, modernos edificios y por supuesto muchos barrios donde ir de compras.

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Isla de Jeju

Otro de los imprescindibles de Corea del Sur. Una isla volcánica y semitropical que se ha convertido en el destino preferido de los coreanos. Sus paisajes volcánicos son ideales para calzarse las botas y hacer algunos de los trekkings que ofrece la isla.

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Busan

La segunda ciudad del país tiene una personalidad completamente diferente a la de Seúl. Es más vital, más vibrante, y con ese ambiente único que tienen las ciudades portuarias. Aquí los paisajes marítimos se funden con los rascacielos y los bulliciosos mercados de pescado y las tiendas de moda conviven de manera natural.

Templos budistas en Corea del Sur

Corea del sur tiene una larga herencia budista y cuenta con infinidad de templos budistas que permiten ver la importancia que tuvo esta religión durante siglos. Algunos de los más famosos se encuentran en las cercanías de la antigua capital, Gyeongju, como Bulguksa, pero hay muchos otros como Haeinsa, que alberga la colección de textos budistas más importante de la península coreana. 

Sitios que ver sí o sí en Corea del Sur

Seúl

Seúl es el principal polo de atracción en Corea del Sur para los visitantes. Una ciudad vibrante donde se entremezclan la modernidad y la tradición y que ejemplifica la evolución de este país, que pasó de ser uno de los más pobres del mundo en los años cincuenta a convertirse en una potencia económica a nivel mundial. Seúl ha sido capital de Corea desde el siglo XIV, cuando la dinastía Joseon la convirtió en su centro de poder, por lo que tiene un gran patrimonio histórico. Se puede pasar varios días visitando los principales monumentos y museos, paseando por su gran variedad de barrios, admirando la arquitectura contemporánea, o simplemente disfrutando de las compras y, cómo no, de la deliciosa gastronomía coreana. 

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Los palacios reales y el santuario de Jongmyo

Los palacios reales son uno de los monumentos imprescindibles qué ver en Corea. Hay cinco palacios, pero los más recomendables son Gyeongbokgung y Changdeokgung. El más grande es Gyeongbokgung, que fue la residencia principal de los reyes coreanos y tiene ciertas similitudes con la Ciudad Prohibida de Beijing. Partes del palacio fueron arrasadas durante la ocupación japonesa de principios de siglo XX, pero han sido restauradas con mucho cuidado en estos últimos años. El recinto es gigantesco y se necesitan varias horas para visitarlo. Es muy recomendable acercarse a la hora del cambio de guardia, donde se recrea el ceremonial que se realizaba durante la dinastía Joseon. Por otro lado, Changdeokgung es el palacio mejor preservado de la dinastía Joseon y fue utilizado como residencia hasta principios del siglo XX. De hecho, fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. No hay que dejar de visitar el Jardín Secreto, la parte con más encanto del palacio. 

El otro gran monumento histórico de Seúl es el santuario confuciano de Jongmyo. Antiguamente era usado por los reyes de la dinastía Joseon para reverenciar a sus antepasados. Dado que la filosofía confuciana dominó la cultura coreana durante siglos este era el santuario más importante del país. Este es el lugar ideal para entender la importancia que tuvo el confucianismo durante siglos. Es interesante unirse a alguna de las visitas guiadas en inglés que hay durante el día.  

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Barrios tradicionales y mercados gastronómicos en Seul

Aunque muchos de los barrios tradicionales de Seúl desaparecieron víctimas, primero de la Guerra de Corea (1950-1953) y después de la especulación y el desarrollismo a partir de los años setenta, aún hay algunos rincones que permiten imaginar la Seúl de antaño.

Un buen lugar para empezar es Insadong, que durante siglos fue famoso por ser el centro artístico de la capital. La principal avenida del barrio y las callejuelas adyacentes son ideales para caminar sin rumbo y descubrir pequeñas tiendas o acogedores hanok (las casas tradicionales coreanas). A apenas diez minutos andando de la calle principal se encuentra la pequeña zona de hanok de Ikseodong. Las calles aquí son estrechas y laberínticas, y muchas de las casas tradicionales han sido convertidas en elegantes restaurantes y cafeterías instagrameables.

Si hay un barrio tradicional que sobresale entre el resto es Bukchon. Aquí hay muchos hanok perfectamente conservados. Algunos han sido convertidos en galerías de arte, restaurantes y cafeterías que permiten echar un vistazo a su interior. Es cierto que debido al incremento del turismo últimamente sufre de gentrificación, pero dar un pequeño paseo sigue siendo muy recomendable, especialmente si se opta por escapar de las multitudes cogiendo las calles menos concurridas. 

Insadong en corea

Seúl es famosa por sus mercados, donde podrás disfrutar de la gastronomía coreana junto a miles de coreanos que acuden a estos mercados a degustar los platos caseros recién hechos. El mercado más famoso es el de Gwangjang. Un festival de colores, sabores y sonidos, donde dejarse llevar por las multitudes y escoger de entre la multitud de opciones expuestas. Pero hay muchos otros como los de Nandaemun, Tongin o Mangwon.

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Y barrios modernos

Dongdaemun

Cerca del mercado de Gwangjan se encuentra Dongdaemun. Aunque esté situado en la zona histórica de Seúl, junto a una de las antiguas puertas de la muralla, está dominado por uno de los edificios contemporáneos más icónicos del país: el Dongdaemun Design Plaza o DDP. Diseñado por la premiada arquitecta internacional Zaha Hadid, el edificio es tan espectacular por dentro como por fuera. Una sucesión de línea geométricas perfectamente trazadas que parecen salidas de un decorado de una película futurista. El DDP es un centro multifuncional con salas para exposiciones, conferencias, laboratorios de diseño, …  y se puede andar libremente por su interior.

Aunque Dongdaemun es famoso por su mercado de ropa, el barrio de compras por antonomasia es Myeongdong. Aquí hay tiendas para todos los gustos: ropa, deportes, electrónica y, por supuesto, cosmética coreana. Por la noche el ambiente es si cabe aún más bullicioso cuando se montan centenares de tenderetes de comida que le dan una personalidad completamente diferente. 

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Itaewon

Un poco más al sur, al otro lado del Monte Namsan, se encuentra Itaewon. Durante años tuvo la reputación de ser un lugar sórdido donde los soldados americanos destinados aquí venían a divertirse con frecuentes peleas y altercados. Desde que a los soldados dejaron de venir, Itaweon ha cambiado por completo y ahora es un lugar con multitud de cafeterías y restaurantes con encanto. Además, aquí se encuentran algunos de los mejores museos de la ciudad como el Museo de Arte Samsung, el Memorial a la Guerra de Corea, y, el museo más recomendable de todo el país: el Museo Nacional de Corea. 

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Gangnam

Al otro lado del río Han se encuentra el barrio que atrae todas las miradas: el lujoso Gangnam, que dio nombre al éxito internacional de PSY, “Gangnam Style”. Este es el distrito más caro de toda Corea, donde ver a lo más selecto de la sociedad coreana. Un lugar perfecto para sumergirse en la moderna sociedad coreana del siglo XXI. Y por supuesto también el lugar ideal para los amantes de la música K-Pop, puesto que la calle K-Star Road está completamente dedicada a sus estrellas.

Las mejores vistas de Seul

Uno de los principales emblemas de la ciudad es la N Seoul Tower alzándose sobre el Monte Namsan. Aunque se puede subir a esta torre de comunicaciones, las vistas desde la cima del propio Monte Namsan ya son suficientemente espectaculares. Y para los que no tengáis ganas de andar se puede optar por el funicular.

Los amantes del senderismo preferirán calzarse las zapatillas y subir al monte Inwangsan, situado al norte de la ciudad, justo tras la zona de los palacios. Resiguiendo la antigua muralla que protegía la ciudad se llega a la cima de este monte donde se puede gozar de las mejores vistas de Seúl. 

Finalmente, Seúl cuenta con el sexto rascacielos más alto del mundo: la Lotte World Tower. Con 555 metros y 123 plantas permite disfrutar de unas vistas privilegiadas desde el mirador Seoul Sky. 

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Isla de Jeju

Si hay un destino que los coreanos visiten en masa en su propio país ese es Jeju. Esta isla situada a 100 kilómetros al sur de la península es considerada por los coreanos como su Hawaii particular, una isla vacacional con un clima semitropical de origen volcánico. Además, Jeju fue declarada una de las siete maravillas naturales del mundo. La isla está dominada por el imponente volcán Hallasan que, con 1950 metros de altura, es la montaña más alta de Corea del Sur. Se puede subir y bajar en un día si se está mínimamente acostumbrado a andar, y las vistas que se contemplan desde su cima son incomparables.

Qué ver en Jeju

Los que queráis recorrer la isla de manera más tranquila podéis aprovechar la red de senderos Olle. Esta ruta circular permite visitar pequeños pueblos, paisajes agrícolas y antiguos cráteres apagados, conocidos como oreum. Uno de los más espectaculares es Seongsan Ilchulbong, que parece emerger como un barco varado del mar que lo rodea. No es necesario completar toda la ruta entera, ya que que se necesitarían muchos días, lo mejor es escoger algunos tramos como el número 1 o la parte final del10.

La isla cuenta con algunos de los sistemas de tubos de lava mejor preservados que se pueden ver en el mundo. Estos tubos son cuevas labradas por las coladas de lava que circularon bajo tierra. El segmento más impresionante es conocido como la cueva de Manjanggul, con más de 13 kilómetros de longitud, aunque solo un kilómetro es visitable. A lo largo de este trayecto se pueden ver columnas de lava solidificada que forman una especie de estalagmitas negras que le dan un aspecto aún más tétrico a la cueva. 

La aldea tradicional mejor conservada es Seongeup, con multitud de casas construidas en piedra volcánica y que permite imaginar como era gran parte de la isla hasta no hace tantos decenios. En esta población se pueden ver gran cantidad de unas curiosas estatuas llamadas dol hareubang, que ofrecen fertilidad y protección contra  los malos espíritus.

Jeju es uno de los pocos lugares en Corea del Sur donde la mejor manera de moverse es en coche de alquiler porque, aunque el transporte público existe, a veces las conexiones son lentas y se pierde mucho tiempo. 

Busan

Es la segunda ciudad de Corea del Sur, una ciudad portuaria donde los rascacielos se funden con los acantilados y las playas bañadas por el mar. Busan es además la meca del cine en Corea del Sur y la sede del festival de internacional de cine más importante de Asia. Aunque no se visite la ciudad durante la celebración del certamen, vale la pena acercarse a ver la rompedora arquitectura del Centro de Cine de Busan, especialmente durante la noche, cuando está bellamente iluminado. 

Qué ver en Busan

Cada uno de susbarrios tiene un carácter completamente diferente. El centro comercial de la ciudad es Seomyeon, cerca del cual se encuentra el bullicioso mercado de pescado de Jagalchi. El Gamcheon culture village es un antiguo barrio de chabolas que fue renovado por sus habitantes. Las casas se pintaron de vivos colores y se decoraron con todo tipo de vistosos murales. Rápidamente se convirtieron en escenario de infinidad de películas y series coreanas que terminaron por convertirlo en uno de los barrios más famosos qué ver en Corea. 

Hay otros distritos recomendables como Gwangalli, desde donde hay unas vistas espectaculares del puente Gwangan, o Haeundae, donde se encuentra la playa más famosa de la ciudad. Mención especial merece el templo budista más fotografiado de Busan: Haedong Yonggungsa. Su asentamiento, en un acantilado batido por las olas, lo convierte en un lugar único. 

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Gyeongju

Situada en el sureste del país, Gyeongju fue capital del reino de Silla (57 a.C. – 935 d.C.) durante un milenio, uno de los reinos que comandó los destinos del país en la antigüedad. Gyeongju fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO gracias a la gran variedad de restos arqueológicos de aquel periodo.  

Túmulos y el centro de la ciudad

Lo primero que llama la atención en Gyeongju son la gran cantidad de túmulos que sobresalen en el centro de la ciudad. Son las antiguas tumbas de reyes y reinas del reino Silla. La única visitable es Cheonmachong o la Tumba del Caballo Celeste, que permite entender cómo eran enterrados los reyes en aquella época. Todos los hallazgos que se han encontrado en esta tumba, y en otras que hay por la ciudad, se encuentran en el Museo Nacional de Gyeongju, uno de los mejores museos del país.  

En el centro de la ciudad, más allá de los túmulos se levanta una pequeña torre de piedra de aspecto poco consistente. Este es el símbolo de Gyoengju, un observatorio astronómico construido en el siglo VII d.C. del que poco se sabe dado que no se han encontrado textos que expliquen su funcionamiento. Se cree que en la parte superior pudo haber algún tipo de estructura para observar y medir el movimiento de las estrellas, pero son tan solo suposiciones. 

El monte Namsan

Gyeongju está rodeado de montañas y colinas, y una de las más cercanas son las que domina el monte Namsan. Es el lugar perfecto para los que disfruten mezclando el senderismo y la arqueología. Durante el reino de Silla el monte Namsan fue un lugar sagrado, y hay multitud de estatuas de Buda talladas en la piedra, pagodas escondidas en el bosque y pequeños templos en recodos del bosque. Hay multitud de senderos para escoger, pero uno de los más variados es el que resigue el valle de Samneung hasta llegar al pico Geumobong para después bajar por el valle de Yongjanggol. 

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Bulguksa y la gruta de Seokguram

A pocos kilómetros del centro de Gyeongju y fácilmente visitables en una excursión de medio día se encuentra dos de las joyas de Corea del Sur también declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Por un lado, se encuentra Bulguksa, construido en el siglo VIII y uno de los templos más importantes qué ver en Corea. Es especialmente llamativa su entrada, con una elegante escalera que da entrada al complejo. En el interior del templo hay dos pagodas de piedra que se cuentan entre las más preciadas de Corea, además de las salas principales del complejo. Hay un sendero muy agradable que conecta el templo con la gruta de Seokguram. Esta cueva se esconde una estatua de Buda de piedra acompañado por discípulos y deidades budistas, todas finamente talladas y perfectamente preservadas a pesar de haber sido realizadas en el siglo VIII. 

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Jeonju

Jeonju es uno de los pocos lugares de Corea del Sur que ha podido conservar su barrio viejo lleno de hanok, las casas tradicionales coreanas. Es una delicia perderse por sus callejuelas mientras se van encontrando rincones únicos. Además, aquí podrás disfrutar de multitud de opciones para degustar algunos de los mejores platos de la gastronomía coreana, aunque sin duda el plato estrella es el bibimbap, que se dice es originario de Jeonju. 

Jeonju fue también el lugar de donde provenía la familia Yi, los fundadores de la dinastía Joseon (1392-1897) que gobernaron el país durante medio milenio. Hay muchos lugares asociados a la dinastía, pero el más importante es el santuario de Gyeonggijeon, construido en 1410 para albergar los retratos de los reyes de la dinastía. 

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DMZ o Zona desmilitarizada

Es imposible no comparar la moderna y tecnológica Corea del Sur con la autoritaria y retrograda Corea del Norte. La península de Corea ha sido homogénea culturalmente a lo largo de la historia y estuvo unida desde el siglo VII d.C. hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. Las dos grandes potencias de aquella época, la URSS y Estados Unidos, dividieron Corea en una parte comunista y una capitalista. En 1950 estalló una guerra entre ambos bandos que selló el destino de ambos países hasta hoy en día. 

La DMZ o zona desmilitarizada es una pequeña franja de tierra de 4 kilómetros de ancho y 238 de largo. Se creó en 1953 para separar las dos Coreas y evitar futuros enfrentamientos armados. Desde su creación ha sido una de las fronteras más vigiladas del mundo y es prácticamente impenetrable. Pero hay un punto en estos 238 kilómetros en el que ambos países se han reunido en algunas ocasiones: Panmunjom.

Visita a la zona desmilitarizada

Esta es una de las visitas más curiosas que se pueden realizar en Corea del Sur. Una oportunidad única de saber un poco más sobre la situación geopolítica entre ambas Coreas. Desde Seúl hay varias agencias que ofrecen estos tours varios días a la semana y ofrecen programas similares. Las visitas pasan por el Parque Imjingak donde se encuentra el puente de la libertad. También se para en el Observatorio Dorasan desde donde se puede ver Corea del Norte. Las dos visitas más interesantes son el tercer túnel de infiltración, uno de los túneles que los norcoreanos excavaron para infiltrarse en Corea del Sur, y el JSA (Joint Security Area) donde se reúnen ambos países cuando no están enfrascados en alguna disputa

Desgraciadamente no se puede cruzar la DMZ y visitar Corea del Norte desde Corea del Sur. Pero se puede visitar Corea del Norte desde China apuntándose a un tour con una agencia aprobada por el gobierno norcoreano

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Templo de Haeinsa

Corea del Sur es un país aconfesional y, además, por sorprendente que pueda parecer la religión más seguida no es el budismo sino el cristianismo. El budismo fue durante siglos la religión principal del país y sigue siendo una religión importante. Aunque se podría pasar semanas visitando templos, es mejor limitarse a los más importantes. Desde luego entre todos ellos sobresale el templo de Haeinsa, situado en el Parque Nacional de Gayasan.

El templo se construyó en el siglo IX y sigue la disposición de otros templos budistas coreanos. Una gran puerta da acceso al recinto donde hay varios patios en los que se levantan las diferentes salas de madera. La sala principal se encuentra en el segundo patio, pero es detrás de esta sala donde se encuentra el gran tesoro del templo. La Tripitaka coreana son los 81.340 bloques de madera donde se grabó la colección de textos budistas más importante que existe en el siglo XIII. La propia sala es una obra maestra del siglo XV que ha permitido conservar en perfecto estado la Tripitaka. 

Haeinsa también ofrece la posibilidad de dormir en el templo. Este programa, conocido como Templestay, está extendido por muchos templos budistas por todo el país y es una oportunidad única de presenciar la vida de los monjes.

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Parque nacional de Seoraksan

Hay multitud de parques nacionales y naturales a lo largo y ancho de la península coreana. Pero si tuviéramos que escoger uno, este sería sin duda el elegido por sus paisajes sublimes y la gran variedad de caminos con los que cuenta.

Sokcho y el templo de Naksansa

Sokcho es una pequeña ciuda

d de provincias bañada por el Mar de Japón (o Mar del Este como se llama en Corea) que es la puerta de entrada al Parque Nacional de Seoraksan. Su mercado de pescado es especialmente interesante. Aquí se puede degustar algunos platos típicos de la gastronomía coreana de la zona. Como el sundae (calamar frito relleno de fideos, tofu, cebolla y vegetales) o el modeumhoe (pescado crudo). Desde Sokcho también se puede hacer una excursión al templo de Naksansa, situado junto a la costa.

Parque Nacional de Seoraksan

Este parque nacional fue el primero en ser designado como tal en Corea del Sur en 1970. Los grandes picos graníticos sobresalen de entre grandes extensiones boscosas que llegan hasta el mar. Hay senderos de todo tipo e incluso un teleférico para los que no tengan ganas de andar. Una de las mejores excursiones es la ascensión al pico Ulsan Bawi: desde donde se contemplan unas vistas impresionantes del parque y uno de los mejores paisajes qué ver en Corea.

Parque Nacional de Seoraksan

Aldea tradicional de Hahoe

Hahoe es una de las pocas aldeas tradicionales que se han conservado en Corea del Sur. El desarrollo económico del país a partir de los años setenta hizo que la gente prefiriera dejar atrás este tipo de casas tradicionales, y emigrara a las ciudades para vivir en pisos modernos con todas las comodidades. Como resultado, muchas aldeas tradicionales fueron destruidas, y otras quedaron semiabandonadas. 

Hahoe es una de las pocas que se ha conservado en su estado original. Es por ello que en 2010 fue declarado patrimonio de la humanidad, junto a la aldea tradicional de Yangdong, cerca de Gyeongju. Aquí podrás disfrutar de un viaje al pasado y entender mejor como se vivía hasta no hace tantos decenios en Corea del Sur. 

En Corea hay una larga tradición de bailes de máscaras acompañados de música y escenas teatrales. En la entrada de Hahoe hay un pequeño teatro al aire libre donde se realizan actuaciones varios días a la semana. Estas danzas de máscaras formaban parte de antiguos rituales chamánicos para pedir a los dioses una buena cosecha. Es sin duda, uno de los mejores espectáculos qué ver en Corea y, además, gratuito.

Los que disfruten de la naturaleza tienen un agradable paseo de una hora desde Hahoe siguiendo el curso del río Nakdong hasta llegar a la antigua academia confuciana de Byeongsan Seowon. Esta academia se fundó en el siglo XVI para educar a los hijos de la nobleza en los principios del confucianismo. Es un ejemplo perfecto de estas academias que proliferaron durante el reinado de la dinastía Joseon y fueron un símbolo de la sociedad neoconfuciana que imperaba en aquel periodo. 

Aldea tradicional de Hahoe

Tongyeong

Tongyeong es una de las mejores opciones para explorar la costa coreana. Esta zona está moteada por centenares de pequeñas islas, y una costa donde abundan las pequeñas calas y bahías. En su puerto principal hay decenas de barcos de pescadores que surten al colorido mercado de pescado. En la parte posterior al mercado, se encuentra el barrio de Dongpirang, decorado con todo tipo de murales. Desde aquí se contemplan unas bonitas vistas de la bahía.

La antigua academia naval de Tongyeong

Tongyeong tiene un lugar muy importante en la historia coreana. Fue en sus alrededores donde se libraron algunas de las mayores batallas navales durante las Guerras Imjin en el siglo XVI. Los japoneses enviaron un grandioso ejército para hacerse con el control de Corea y atacar a China. Pero los coreanos lucharon con arrojo y, gracias a las tácticas del Almirante Yi Sun-Sin, ganaron una batalla naval tras otra. Al final los japoneses no tuvieron más remedio que retirarse. Se puede visitar la antigua escuela naval Samdo Sugun Tongjeyeong construida durante el gobierno de la dinastía Joseon. Donde estaba una de las principales bases de la armada coreana.

Parque nacional marino de Hallyeohaesang

El tramo costero que rodea Tongyeong es uno de los más bellos de Corea y está enclavado en el Parque Nacional Marino de Hallyeohaesang. El mejor lugar para contemplar la gran cantidad de pequeñas islas que lo conforman es subir en teleférico al monte Mireuksan. También se puede visitar alguna de las islas que se ven cogiendo un ferry desde Tongyeong. Las tres más recomendables son Somaemuldo, Yeonhwado o Saryangdo. Todas permiten realizar bellas caminatas junto al mar, pero la isla de Saryangdo es famosa por tener una de las mejores caminatas de todo el país donde se alternan los acantilados, puentes y escaleras no aptas para los que sufran de vértigo. 

Parque nacional marino de Hallyeohaesang

¿Cuál es la mejor época para viajar a Corea del Sur?

El clima en Corea del Sur es continental, con inviernos muy fríos y secos y veranos muy cálidos y húmedos. Sabiendo esto, las mejores épocas para irte de viaje a Corea son primavera (abril a junio) y otoño (septiembre a noviembre). En primavera la naturaleza empieza a florecer, el clima es fresco y los días son largos, por lo que es una época ideal. Otoño es posiblemente la mejor época, especialmente octubre, cuando los bosques toman unos preciosos tonos rojizos otoñales. 

Los meses de verano no son especialmente recomendables; son extremadamente cálidos, bochornosos y con gran cantidad de lluvia.  Por otro lado, invierno es una época ideal si quieres encontrar menos turistas y precios más baratos. Pero tienes que ser consciente que el clima entre diciembre y marzo es muy frío, con temperaturas bajo cero de manera habitual y días muy cortos. Como contraposición los paisajes nevados tienen mucho encanto, y los hoteles y restaurantes tienen buenos sistemas de calefacción para refugiarte cuando sea necesario.

¿Cuánto dinero se necesita para viajar a Corea del Sur?

Corea del Sur tiene un nivel de vida similar al de España, por lo que no es un país extremadamente caro para viajar. Es muy difícil establecer un presupuesto exacto para un viaje a Corea, puesto que dependerá mucho del tipo de hoteles que se escojan o el nivel de los restaurantes, además de la época del año. 

Si se viaja de manera económica, en plan mochilero, es posible pasar el día por alrededor de 40-60 €. Durmiendo en hostales, comiendo en restaurantes económicos y vigilando las entradas que se pagan. Los que decidan subir un poco de nivel, y viajen con un estándar medio, durmiendo en hoteles de alrededor de tres estrellas, alquilar coche algunos días, comer en restaurantes sin lujos y no preocuparse por pagar las entradas, pueden gastar alrededor de 100-120 € al día. Finalmente, si se decide hacer un viaje con lujos, estando en muy buenos hoteles, probando algunos de los mejores restaurantes y alquilando coche, el presupuesto iría de 200 € hacia arriba. 

¿Cuántos días son necesarios para visitar Corea del Sur?

Para hacer una buena ruta por Corea del Sur merece al menos dedicarle un par de semanas. Además, se tiene que contar que se tarda el menos un par de días en adaptarse al jet lag. 

Para empezar, se puede emplear 3 o 4 días en visitar Seúl, aunque si se dispone de tiempo vale la pena darle un par de días más y así realizar una excursión a la zona desmilitarizada (DMZ). Después se puede hacer una ruta que pase por alguno de los lugares mencionados como el templo de Haiensa y Hahoe (1 día), Gyeongju (2 días), Jeonju (1 día) y Busan (2 días). Desde Busan se puede volar a la isla de Jeju, y pasar 2 o 3 días disfrutando de sus encantos naturales antes de volver de nuevo a Seúl. 

Los que no dispongáis de tanto tiempo, o queráis incluir una visita también a Japón, se puede hacer una ruta por Corea de una semana durmiendo en Seúl, Gyeongju y Busan, y visitando algunas atracciones de camino como el templo de Haeinsa o Hahoe. Desde la ciudad de Busan hay vuelos baratos a Japón. Uno de los puntos a favor de Corea del Sur es que se trata de un país pequeño, con buenas infraestructuras y un transporte público eficiente por lo que no se emplea mucho tiempo para viajar entre los diferentes lugares de la península. 

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