Así como existen apasionados del turismo, cuyo único objetivo es conocer playas paradisíacas, perderse en una aventura arqueológica o que tienen la lista de los 100 lugares que deben conocer antes de morir. También existen los foodies, amantes de la cocina original, que se dedican al turismo culinario y que han convertido al país mexicano en su destino preferido.

La gastronomía mexicana cuenta la historia del país a través de las tradiciones y su cultura culinaria. Disfrutar la diversidad de sus platos y la originalidad de sus ingredientes es un viaje de sabores representado en la antigüedad de su origen, donde se conservan y destacan los magníficos productos de su tierra o el mar, con las técnicas y procedimientos originales que los hace tan especiales. Esta es una de las razones por la cual la cocina tradicional mexicana forma parte de la lista de la UNESCO que representa el Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Sin duda, al disfrutar del turismo gastronómico mexicano encontrarás algo más que tacos, totopos o nachos, fajitas y burritos. Es un viaje que va desde la intensidad de sus carnes cargadas con chiles, hasta lo exótico de su cocina ento, donde destacan los chapulines y escamoles.

Hemos recopilado 8 de los platos emblemáticos que no puedes dejar de probar en tu próximo viaje a este impresionante país.

1. Tacos, la comida más típica de México

Los tacos son, sin duda, el mayor exponente del carácter cultural y gastronómico mexicano. Es tal su popularidad que puedes pedirlos y comerlos en cualquier parte del mundo, pero nunca será el sabor y el gusto tan especial como cuando los disfrutas en la mayor zona turística del país como es la Riviera Maya, en medio de los mejores cenotes de México.

A pesar de la gran variedad de tacos que puedes encontrar, todos tienen como base una tortilla de maíz o trigo, que se rellena con diferentes tipos de carnes, pescados o mariscos, salteados con vegetales. Por lo general, se acompañan con el popular pico de gallo (tomate, chile y cebolla), cilantro, limón, aguacate o guacamole y salsa picante. A pesar de su humilde origen, en la actualidad ocupan una posición de honor en la comida Gourmet del país, lo encontrarás en cualquier lugar.

En tu travesía encontrarás una gran diversidad de tacos. Empezando por el taco al pastor o de trompo, como se le conoce por la forma en la que se prepara la carne, al estilo árabe; el taco de carnita, de Michoacán; el taco de barbacoa, típico de los estados centrales o el taco gobernador, relleno con camarón y queso oaxaqueño, típico de las zonas costeras.

Pero también encontrarás una variedad de tacos indígenas, que destacan por lo exótico de sus rellenos. Entre estos los tacos de charales, pescaditos miniaturas típicos en el estado de Michoacán, los cuales se disfrutan fritos o asados, con todo y cabeza. También los tacos de escamoles o larvas de hormigas, de gusanos de maguey, chapulines, chicharras, orugas de mariposa y muchas otras variedades inimaginables de insectos

Es tal la importancia en todas las regiones del país que el 31 de marzo se celebra el «Día del Taco», para festejar la diversidad e historia de este plato ancestral.

Tacos

2. Tlayuda

La Tlayuda es un plato típico de Oaxaca, estado que ha brindado a la gastronomía mexicana una impresionante galería de sabores ancestrales. La palabra deriva de las voces náhuatl “tlao-li” y “uda” que se interpretan como “maíz desgranado” y “abundancia”. Y, realmente, el nombre le va muy bien ya que es una tortilla de maíz enorme, de casi 30 cm de diámetro, que se sirve con una gran variedad de acompañantes.

La preparación de las Tlayudas originales la realizan las mujeres de las comunidades indígenas zapotecas, quienes la llevan a la ciudad para venderlas. Durante su preparación, las grandes tortillas se cocinan sobre un comal, una especie de budare de barro o de metal, hasta tostarla. Gracias a este tipo de cocción, la Tlayuda puede durar por largos periodos de tiempo sin dañarse.

Normalmente, la Tlayuda se sirve acompañada con frijoles negros, cualquier tipo de carne, chorizo o cecina, aguacate o guacamole. También encontrarás propuestas gourmet retadoras, donde se presenta acompañada con chapulines, escamoles o mariscos.

La Tlayuda tradicional de Oaxaca se sirve con queso oaxaqueño, conocido como quesillo. Puede rellenarse con lechuga, carne asada y colocar salsa picante. Para servirla se coloca sobre un anafre, una especie de hornillo de barro, para que se tueste y quede una cubierta crujiente.

3. Molcajete

En la gastronomía mexicana el Molcajete es un utensilio que se utiliza habitualmente para moler chiles y especias, para la preparación de salsas y moles. Tradicionalmente, esta especie de mortero se elabora con piedra volcánica tallada, lo cual confiere cierto sabor mineral a los preparados. Los molcajetes tradicionales se fabrican en Guanajuato, el Estado de México, Michoacán, Jalisco y Puebla.

Gracias a su forma cóncava y su material de elaboración, el molcajete se emplea como base para la presentación de los más diversos platos en la cocina mexicana. Normalmente, se prepara una salsa a base de tomates, cebolla, ajo y chiles asados en un comal. Paralelamente, se cocinan a la parrilla o sobre un comal, chorizos, carne, pollo, nopales, cebolla y queso panela.

Por ejemplo, para servir el Molcajete de carne, este se calienta sobre las brasas vivas. Seguidamente, se sirve la salsa sobre el utensilio y se acomodan las carnes, el nopal y el queso en diferentes capas. El plato se sirve acompañado con frijoles negros, cilantro, limón, guacamole o aguacate y tortillas de maíz.

El Molcajete puede presentarse con los más diversos platillos. Desde camarones o queso asado a la parrilla, hasta cerdo o cualquier tipo de carne, solo pollo o una selección de vegetales.

Mocajete Mexicano

4. Mole

Disfruta en tus viajes de la diversidad de moles: blanco o de novia, negro, verde, rojo, amarillo, mancha manteles, almendrado, prieto o poblano. Según el Gobierno mexicano, hay en el país más de 50 variedades de esta suculenta preparación, de los cuales el más conocido es el Mole de Puebla o mole poblano.

La palabra “mole” se deriva de la voz náhuatl “molli”, una palabra indígena que quiere decir “mezcla” y que hoy conocemos como una de las salsas que presenta la mayor importancia en la cultura gastronómica mexicana.

El mole se elaboraba en el periodo prehispánico a partir de una mezcla de chiles y especias. Era una salsa muy especiada y rudimentaria que fue refinándose y adaptándose a las diferentes regiones con la incorporación de diferentes ingredientes. También adoptó una diversidad de técnicas en su preparación.

Se dice que la receta original reunía más de 100 ingredientes distintos, muchos de los cuales perduran en las distintas preparaciones modernas. Entre estos destacan diferentes tipos de chile; especias como canela, anís, clavos, pimienta negra, orégano, comino o tomillo; frutos secos como almendras, maní o nueces. Además, cebolla, tomate, ajo, caldo de pollo y pasitas, entre otros. En la receta de mole poblano destaca la incorporación del chocolate amargo.

Para iniciar la preparación los ingredientes eran molidos en el metate, una base de piedra donde se aprisionan los alimentos hasta lograr la consistencia de una pasta. La preparación se cocina en una olla de barro y se prepara con antelación ya que gana en sabor al reposar. El mole suele presentarse servido sobre pollo asado, guajolote (pavo), carne de res, cerdo o pescado, acompañado de arroz y tortillas.

5. Chiles en nogoda

Los chiles en nogoda son otro de los platos poco conocidos, pero que destaca el orgullo patrio, ya que resalta los colores de la bandera mexicana. El platillo fue creado por las monjas agustinas apostadas en el convento de Santa Mónica, en ocasión de la Independencia mexicana. Es un plato de temporada, muy ligado a la celebración de las Fiestas Patrias, pero que bien vale la pena probar.

Básicamente, el platillo se compone de chiles poblanos verdes que se asan, pelan y se rellenan con una mezcla de carne de res o cerdo, salteada con cebolla, tomate y ajo. A la mezcla se le agregan frutas como manzana, pera y duraznos antes de terminar la cocción. En la receta tradicional, los chiles rellenos se rebozan con huevo y se fríen para servirlos bañados con la nogada.

La nogada, que es la verdadera estrella del plato, es una salsa elaborada a base de nueces, leche, crema de leche, queso de cabra, azúcar, especias y jerez. Todos los ingredientes se licúan para obtener una salsa suave y espesa que se utiliza para bañar los chiles. Para finalizar se decora con perejil picado y granada.

Por lo general, los chiles en nogoda se sirven entre los meses de julio y septiembre, que corresponden a la temporada de las nueces de Castilla, variedad utilizada en la preparación de la nogada, y la granada, fundamentales en la preparación del plato.

Chiles en Nogoda, comida mexicana

6. Aguachile

El aguachile es otro de los platos destacables en la cultura gastronómica mexicana, aunque poco conocido fuera de sus fronteras. Es una entrada típica de los estados costeros occidentales, principalmente Sinaloa, Baja California, Jalisco, Sonora y Nayarit.

Para preparar el platillo se utiliza camarón limpio y sin venas que se marina en un preparado cítrico, el cual puede realizarse de diversas maneras. En la receta tradicional se utiliza limón, agua, chile chiltepín, sal y pimienta. Es normal agregar frescura incorporando rodajas de pepino, cilantro, mango, aguacate, pimentón o cebolla morada.

La preparación exige el uso de camarones frescos a los cuales se le agrega el limón antes de servirlos, de manera de no exceder el tiempo de marinado del producto, ya que atenta contra la textura del crustáceo. El chile chiltepín es también típico del área de Sinaloa y destaca por ser sumamente picante y tener un intenso color rojo cuando está ya maduro. Normalmente se sirve acompañado con tortillas.

7. Tamales

Los tamales son, sin duda, uno de los platillos más importantes dentro del crisol gastronómico y cultural mexicano. Se preparan y consumen en todo el continente americano, por lo que es muy conocido internacionalmente, en especial los que se elaboran en hojas de maíz.

La palabra “Tamal” deriva de la voz náhuatl “tamalli” y significa “envuelto”. Por lo general, es el nombre genérico con el que se designa este platillo de origen indígena, que se prepara con masa de maíz y se envuelve en la hoja de la mazorca o plátano. Puede llevar o no, relleno, lo que permite distinguir la región en la cual se produce. Por lo general se utiliza un guiso de carne o pollo, pero también camarones, frutas y vegetales, acompañados con una gran diversidad de salsas. Pueden ser dulces o salados, pero siempre con algo de picante.

Es tal la importancia cultural del platillo que todos los años se organiza en la alcaldía Iztecaldo, la Feria del Tamal y el Atole, para dar a conocer las más de 500 variedades de tamales. Asimismo, para celebrar el Día de la Candelaria (febrero), o en el Día de los Muertos (noviembre) se organizan ferias a lo largo del país que dejan claro la importancia del tamal en la gastronómia mexicana.

Si decides aventurarte en esta experiencia gastronómica de la ruta del tamal mexicano no puedes dejar de probar los tamales barbones, rellenos de camarón, los cuales se caracterizan porque las barbas y la cabeza del camarón se asoman por el tamal. Los clásicos tamales oaxaqueños se envuelven en hojas de plátano, se rellenan con carne o salsas y se sirven con mole negro o amarillo.

Las cornudas son típicas del estado de Michoacán y se caracterizan por su forma triangular y porque no traen relleno ya que el mismo se integra a la masa. También el tamal rojo, relleno de carne de cerdo y chile guajillo o el tamal dulce relleno de mermelada de frutas o membrillo. Para los más osados, los tamales con hormigas chicatanas y gusanos de maguey. Ciertamente, una aventura culinaria que no te puedes perder.

Tamales Mexicanos

8. Escamoles

Los mexicanos han hecho todo un arte con los platillos preparados a base de insectos y que forman parte de su tradición culinaria en su cocina ento. Entre estos destacan las larvas de maguey, los chapulines (saltamontes) y los conocidos escamoles.

Se llaman escamoles a las larvas de ciertos tipos de hormigas, conocidas como escamoleras y que en la actualidad se producen sólo en los estados de Hidalgo, Tlaxcala, la capital y Puebla. La palabra se deriva de la voz náhuatl “Azcamolli” que se traduce como “guiso de hormiga”, por lo que el platillo se ha consumido desde la época prehispánica.

Los escamoles se recolectan a mano, directamente desde su nido. Es un platillo muy apreciado en la cultura gastronómica del país debido a su alto valor nutritivo (40 a 60% de proteína) e insuperable sabor. Suelen prepararse salteados con mantequilla, epazote, cebolla, ajo y chiles serranos. Normalmente se sirven acompañados con tortillas o tostadas de maíz, guacamole, limón y salsa picante.

Debido a la exquisitez de los escamoles, la extravagancia de su presentación y costo, este platillo se conoce como el caviar mexicano.

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